EXISTE EL RATON PEREZ?

Aunque para algunos lectores, les pueda parecer un poco trivial el formular esta pregunta, intentaremos demostrar científicamente la existencia o inexistencia del roedor mejor conocido como el Ratón Pérez o "Ratoncito Pérez", mundialmente famoso por su afición a los dientes de leche, que además, acostumbra a cambiar cada dientecito por un billete.
 
Llevamos a cabo un sencillo experimento en una habitación debidamente acondicionada y herméticamente sellada, a una atmósfera de presión, con una temperatura promedio de 22 grados centígrados, 20% de humedad ambiental relativa, paredes recubiertas con planchas de acero, además, se ha colocado una cama con un edredón de lana en el centro de la habitación y una mesita de noche con una lámpara fluorescente con una bombilla de 80W
 
Sobre la cama duerme felizmente mi ayudante, llamémosle Jaimito, quien se encuentra acompañado de su osito de peluche Mimosín. Mimosín es de felpa, y gomaespuma. Aclaro, que introducimos en el experimento un testigo muy objetivo y fiable...mi madre, quien aportará datos valiosos sobre el susodicho Ratón Pérez. Procedimos a cerrar la puerta blindada, tipo "Mul-T-Lock" (valga la cuña) esperamos un tiempo prudencial y entramos de nuevo a la habitación. Examinamos la almohada "Relax Pillow" (que conste que no estoy cobrando nada por la promoción), y constatamos que el diente que habíamos colocado había sido sustituído inexplicablemente por un billete.
 
Elaboramos la siguiente hipótesis basándonos en la famosa ecuación del eminente físico-matemático Albert Einstein: E=mc^2. Tenemos un objeto con unamasa determinada denominado "diente". Teniendo en cuenta que el calor proporcionado por la almohada es de unos 14 Julios, la presión de la cabeza de mi ayudante sobre el diente es de 23 Newtons, c=3e8 m/s y la potencia del ronquido es de 14 decibelios, entonces podemos deducir que es posible bajo determinadas circunstancias que el diente adquiriese el cuadrado de la velocidad de la luz, con lo que llegaríamos a una paradoja física, ya que la masa se convirtió en energía, y de alguna forma, el individuo objeto del experimento ha influido en la transformación del dientecito en un billete.
 
Repetimos el experimento 32 veces (ni tontos que fueramos...NO?) con el consiguiente aumento del capital económico de quien suscribe y el notorio decrecimiento de piezas dentales de mi ayudante. Ante la repentina escasez de dientes, optamos por concluir el experimento. Finalmente se puede afirmar y deducir que el Ratón Pérez existe y se puede concluir o que es millonario o es un polít